sábado, 6 de octubre de 2012

Capítulo 4- El hombre de la capucha

Era sábado y  tuve más pesadillas. Me levanté, desayuné  y todo eso. Fui a dar una vuelta con Sert. Nos sentamos en el jardín. Me preguntaba cuando vendrían los otros. Aún estaban desayunando cuando nos fuimos.
-Si que tardan esos, ¿eh?- dije yo, nerviosa. Seguro que era culpa de Tay. Porque le había contado que me gustaba Sert y porque ella se había propuesto conseguir que saliesemos.
-Sí... dijo él, igual de nervioso que yo. Agitó la cabeza. Se le movió el flequillo y quedaron a la vista sus dos ojos. Le miré. Me miró. Me fui acercando a él poco a poco...
-¡Ya estamos!- gritó Tay llegando con los otros. Me aparté de Sert. Los otros no se dieron cuenta de lo cerca que había estado de él. Se sentaron. Habíamos quedado para comentar que teníamos que hacer algo para diferenciarnos de los ricos del instituto. A mi se me ocurrió una idea:
-Las corbatas.
-¿Qué?-dijeron el resto, mirándome como si estuviese loca.
-Llevar corbata o pajarita es opcional, ¿no?-dije yo. Asintieron sin enterarse-Quien las lleva las lleva azules, del colegio. ¿Y si nosotros lo cambiasemos?- dije yo. Los otros comprendieron. Volvimos a nuestras habitaciones. Por el camino tropezamos con unos chicos, de tercero.
-¿Becados?- preguntaron ellos.
-Sí-dije yo, sorprendida-. ¿Como lo sabéis?
-Cuatro chicas y cuatro chicos que van juntos siempre son becados- dijo él-. Nosotros también lo somos-dijo señalando a sus amigos. Eran cuatro chicos y cuatro chicas.
-Los becados somos como los animales. Formamos manadas para protegernos- dije yo. Todos se rieron. Entramos en el edificio y subimos a las habitaciones. Tay fue a ducharse y me quedé sola en la habitación con un libro. De repente me empezó a doler la cabeza como si me diesen martillazos. Oí una voz:
-¿Dónde? ¿DÓNDE?
Vi al hombre encapuchado. Me quedé paralizada en la cama sus plateados ojos, como faros, destacaban en la sombra que la capucha le proporcionaba. El resto de la cara no se veía.
-¿Dónde está?
Se iba acercando poco a poco a mi. En ese momento Tay abrió la puerta y el hombre desapareció de la habitación. Pero me había dejado el corazón a mil por hora.
Por la tarde fuimos a la piscina. Pero a la del pueblo, no a la del instituto. La del pueblo estaba vacía. Entramos y nos sentamos. Me senté en la sombra, me quedé en bañador y saqué un libro. Los otros siete entraron. No me gustaba el agua, pero sabía nadar.
-¡Tú, Ann!-gritó Sert apareciendo empapado a mi lado. Aparté el libro- ¿Entras?
-No-dije yo.
-Entras-dijo Sert con firmeza, cogiendome del brazo, levantándome y tirándome al agua. Sert me pasó mis gafas de bucear. Me las puse y me puse a bucear. Me alejé un poco del resto. En ese momento vi pasar delante mía una sombra. El hombre encapuchado. Me mantenía abajo, agarrándome el tobillo. No podía respirar. Cuando veía que me iba a desmayar por la falta de aire apareció alguien a mi derecha. El hombre se desvaneció y Sert me empujó hacia arriba. Respiré hondo.
-¿Qué ha pasado?-preguntó Sert, jadeando. Había corrido al ver que no salía.
-No se que ha pasado, he sentido como si algo me cogiese del tobillo...
-No sería nada... Vámonos.
Salimos y nos fuimos en silencio. Necesitaba saber de una vez que pasaba. Los otros se quedaron un ratito en un bar de por ahí. Yo subí a mi habitación. Estaba cada vez más nerviosa. Las pesadillas, las voces... ¿Qué estaba pasando?

2 comentarios:

  1. AWWWWW Me encanta, me encanta, me encanta ¿te he dicho ya que me encanta? ¡Qué misterioso lo del hombre, me recuerda a El nombre del viento! jaja Es genial y Sert es amor por salvarla ^^
    Quiero más *____*

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    1. Lo sé *_* En el próximo se pone emocionante *--------* MÁS

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